En una tierra sin final....

Cuando yo era pequeñita
un príncipe esperé
en mi torre de marfil
era un sueño tan feliz~
que un fuerte golpe me di
y mi corazón perdí,
aun después de la operación.
Y fue mi padre quien mas sufrió;
Mi madre se aferraba a la niña que consolaba
y prometió en su juramento,
de matarlo sin remordimientos
y sin ningún tipo de lamento
por hacer caer a su niña,
gravemente enferma en cama,
que su marido se silenciara,
y que solo la tristeza le quedara
en tal castillo lleno de felicidad...
Los ejercitos ya se alineaban,
entre ellos se miraban,
y murmullos, susurros ya sonaban,
confusos,...estaban;
Pero al clamor de la trompeta
y al escuchar, todos el lema,
¡POR EL CORAZÓN PERDIDO DE LA PRINCESA!
pusieron pecho firme,
y alzaron sus armas
y empezaron con paso firme...
Los ojos, ya, rabiosos
la caza de los furtivos,
de los asesinos,
de la muerte interior
de su pequeña y bella menos,
la cual había perdido definitivamente el corazón...
mientras,
un hombre al castillo se acercó,
suplicando una audiencia con el rey;
porque sabía como recuperar aquella fragancia de amor.
Al rey miro a los ojos
y pidió su confianza,
mientras el rey se cubría el rostro con la mano,
y soltaba varias lágrimas;
Le dio la llave de la habitación de su hija, a la que tanto amaba.
Entre respiración y respiración entrecortada,
mientras sus pasos rápidos sonaban
por la larga escalinata hasta el torreón,
nuestro personaje esperaba que funcionase con ardor,
Su metódica investigación.
Abrió la puerta de la alcoba
y allí tendida en la cama se la vio
en un profundo coma;
Tranquila su alma pero en estado de confusión
se acercó hasta la cabezera de su cama,
y allí apartó el pelo de su cara
dedicándole a la vez unas cuantas palabras,
las que anteriormente, en un sueño le labraba,
con diversos dibujos en su cara.
Puso sus manos en cada lado de su mejilla
y un beso cálido y finito le daba;
Y a los pocos minutos la princesa despertaba
y le decía que le había estado esperando,
y lo cuanto que le amaba...
El joven caballero la abrazaba,
y parte de su alma le dio en ese beso
porque eran los dos una unidad que se complementaban.
Ni príncipes ni falsos cuentos...,
a ella le habían robado el corazón, pero se lo habían devuelto.
Y la alegría volvió a reinar,
en tan frágil y simple reino
lleno de alegrías y color
por ver a su princesa sonreír,
~de nuevo
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